Al finalizar la semana pasada, el número global de casos confirmados de coronavirus alcanzó los 7 millones, afectando a 188 países y con más de 401.000 fallecidos. En Europa y EEUU, los nuevos contagios han mostrado un fuerte descenso, como también la tasa de mortalidad del virus. Esto permite avanzar en el proceso de reapertura económica. En las últimas semanas, la subida de la bolsa ha sido especialmente fuerte en los sectores más dañados por la pandemia.
EEUU protagonizó una semana fuertemente alcista culminada con el dato de creación de 2,5 millones empleos, redujeron la tasa de desempleo a 13,3%, en contra de un amplio consenso de empeoramiento. Tras los 20,7 millones de despidos en abril, los sectores más afectados por la crisis volvieron a contratar. El optimismo llevó el Nasdaq a máximos históricos y a finalizar la semana con un saldo de +9,38% en el año. El S&P500 se quedó muy cerca del terreno positivo anual (-1,14%). Y las rentabilidades de bonos del Tesoro norteamericano subieron a niveles de mediados de marzo (+0,926% vs +0,657% la semana anterior). Las subidas en renta variable restaron atractivo a este activo refugio y su demanda descendió. La subida de empleo afianzó las esperanzas de consumo, que está dando signos de recuperación.
En Europa, las subidas en bolsa superaron las de EEUU y las pérdidas interanuales del Eurostoxx50 se redujeron hasta los -9,64%. Esto fue debido a la firmeza y agresividad inesperada que supuso la decisión del Banco Central Europeo de ampliar 600.000 millones de euros el PEPP (Programa de Compras de Emergencia Pandémica), prometiendo un volumen acumulado de 1,35 billones EUR para la compra de bonos. El organismo resaltó la efectividad del programa para apoyar la estabilización de los mercados y revertir las dinámicas adversas de las condiciones financieras. A pesar de los fuertes estímulos, se prevé una contracción económica en la zona euro del -8,7% para este año. Cabe destacar también las políticas fiscales expansivas anunciadas en Alemania, que reducirá el IVA hasta finales de año y dará una ayuda a las familias de 300€ por hijo. El BCE prevé que la actividad del país germano descienda un -7,1% anual y recupere un +3,2% el próximo año. Respecto a la renta fija, en línea con EEUU, las rentabilidades de bonos gubernamentales europeos subieron y el bund alemán se situó en -0,279% desde -0,45% la semana pasada. El euro también se vio fortalecido (EUR/USD 1,131).
Otro factor positivo esta semana, fueron las expectativas de un acuerdo de la Opec y Rusia para extender el recorte de producción, junto con la progresiva recuperación de la demanda por parte de China, EEUU y Europa, volvieron a empujar al alza el precio del petróleo (Brent $41,99 y WTI $39,14). El acuerdo se materializó el sábado en una prórroga de la reducción de 10 mb/d hasta finales de julio, que hubiese sido de -7,7 mb/d en julio con el compromiso anterior. La organización prevé una caída de 9,1 millones de barriles al día en 2020, que situarían la demanda global en 90,6 mb/d.
En resumen, la semana consolidó las alzas generalizadas en las bolsas, en el euro y en el petróleo. Los índices de EEUU se revalorizaron en la semana: S&P500 +4,91%, Dow Jones +6,81% y Nasdaq +3,42%. El Eurostoxx50 subió un +10,95%. Destacaremos las subidas del Ibex35 +10,94%, FTSE MIB +10,94%, DAX +10,88% y CAC40 +10,70%, y no tan pronunciada en el FTSE100 inglés +6,71%. En Asia, el Shanghai Composite cerró en +2,75% y el Nikkei japonés un +4,51%. El Hang Seng se anotó un +7,88%, liderando las subidas los sectores inmobiliario y financiero, e impulsado por mejoras en el sentimiento inversor y el apoyo global de los bancos centrales.
Un abrazo,
Javier Gazulla