Estimado/a,
Siempre he pensado que las personas buenas se marchan antes de tiempo y sin sufrir. Este es el caso de Isak, por encima de todo, una persona buena. También fue el caso de mi queridísima madre o mi tocayo, Don David Melul.
Recuerdo, en los inicios de mi carrera, en el año 2000, sentado en la recepción de Mango con mi equipo de banca de inversión de Merrill Lynch, recién llegados de Londres, viendo pasar el trasiego de empleados. Ya en aquella época, casi el 80% eran mujeres, y todos jóvenes. Todo era tan inspirador que te entraban ganas de ponerte a trabajar ahí mismo con ellos. Isak siempre ha sabido sacar lo mejor de todos los que le rodeaban, los hacía crecer profesional y personalmente. En ese momento, ya éramos conscientes de que se estaba gestando una de las empresas más importantes de este país.
Al poco rato, Isak salió a recibirnos con gran educación y, con una sonrisa infinita, nos acompañó al despacho de su fiel escudero Enric Casi. Como buenos banqueros, intentábamos persuadir a Enric de las bondades de salir a bolsa o emitir deuda para crecer y competir con otras empresas, como Inditex o Desigual, que ya empezaban a asomar la cabeza. Pero ellos siempre optaron por el camino largo y complicado. Seguramente, en estos momentos, Isak y Enric (DEP) estarán juntos disfrutando otra vez.
Como judío, Isak compartía esta fuerte identidad. En nuestra pequeña comunidad de Barcelona, poder contar con una persona así era un lujo. Siempre estaba dispuesto a resolver cualquier vicisitud. Destacar, que en esta última etapa de su vida, donde gozaba de más tiempo para sus temas personales más relevantes, él se estaba implicando aún más y de forma personal en el día a día de nuestra comunidad. Realmente, tenerle cerca para seguir construyendo y mantener nuestro judaísmo más vivo que nunca era un sueño hecho realidad. Destacar que este último Yom Kipur, su ilusión era que todos los judíos pudiéramos disfrutar de los rezos de ese día de la forma más profunda y en paz.
Nada de lo anterior sería relevante, si no hubiera sido, ante todo, un persona buena.
GRACIAS ISAK, Baruj Dayán Ha’emet
David
